Estando una señorita
bordando un mantón de seda
ha pasado un caballero
que venía de la guerra.
- ¡Oiga usted, buen caballero,
si viene usted de la guerra!
- ¡ Si señora, de allí vengo!
¿Tiene usted alguien en ella?
- Mi maridito, señor,
siete años lleva en ella.
- Si me diera usted las señas,
por ver si lo conociera.
- Mi marido es alto y rubio,
del color de las cerezas.
- Si señora, que lo he visto,
muerto se ha quedado en ella.
-
Yo le hice la sepultura
y ayudé a meterlo en ella.
- ¡Virgen de la Soledad!
¡Virgen de la macarena!
A mis hijitos queridos
¿Quién los llevará a la escuela?
Y a mis hijitas del alma,
aunque a monjas las metiera.
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