Romance - La zagala

Informante María Ramos.

A horilla de una fuente
una zagala vi,
al  ruido del agua
yo me acerqué hasta allí;
hoy una voz que decía:
ay de mí, ay de mí, ay de mí.
De que la vi solita
le declaré mi intención,
ella quedó turbada,
nada me contestó;
y dije para mí entonces:
ya cayó, ya cayó, ya cayó.
Me acerqué a un arbolito
y varias hojas corté,
en su divino pecho
todas se las clavé;
entonces dijo la niña:
¡ay, mi  Dios, que atrevido es usted.
La agarré de la mano,
me la llevé al tablé,
en su divino rostro
tres besos estampé;
entonces dijo la niña:
otros tres, otros tres, y son seis.
Al despedirme de ella
un abrazo me dio,
y me dejó llorando,
no me olvides, por Dios:
ya sabes que el amor mío
sólo a ti, sólo a ti, se rindió.

 

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