Romance que dice: Abenamar, Abenamar

El popular romance de Abenamar es característico de la ultima etapa de la reconquista y uno de los más conocidos romances fronterizos. La toma del ultimo bastión musulmán en España causó en los cristianos un fuerte entusiasmo nacionalista. Para el mundo árabe fue una pérdida que aun hoy lamenta. Fue cantado por “El Coplero” para el programa de radio local CANCIONERO.

Abenamar, Abenamar, 
moro de la morería, 
el día que tu naciste 
grandes señales había: 

estaba la mar en calma, 
la luna estaba crecida, 
moro que en tal signo nace 
no debe decir mentiras. 

Allí respondiera el moro, 
bien diréis lo que diría: 
 yo te la diré, señor, 
aunque me cueste la vida, 

porque soy hijo de un moro 
y una cristiana cautiva; 
siendo yo niño y muchacho 
mi madre me lo decía, 

que mentira no dijere, 
que era grande tiranía. 
Por tanto, pregunta, rey 
que la verdad te diría. 

Yo te agradezco, Abenamar, 
aquesta tu cortesía. 
¿Qué castillos son aquellos? 
Altos son y relucían. 

El Alhambra era, señor, 
y la otra la Mezquita; 
los otros los Alijares, 
labrados a maravilla: 

el moro que los labrara 
cien doblas ganaba al día, 
y el día que no los labra, 
otras tantas se perdía. 

El otro es Generalife, 
huerta que par no tenía; 
el otro Torres bermejas, 
castillo de gran valía. 

Allí habló el rey don Juan, 
bien oiréis o que decía: 
si tu quisieres, Granada, 
contigo me casaría; 
diérate en armas y dote 
 a Córdoba y a Sevilla. 

Casada soy, rey don Juan, 
casada, que no viuda; 
el moro que a mi me tiene 
muy grande bien me quería.

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